Cambiando el mundo
Chile se caracteriza por ser un país desigual.
Atacando desde los ministerios de justicia a los ciudadanos vulnerables, pagados por un presidente corrupto y que mediante una terapia de shock busca mantener a su población desconectada de sí misma, para que así puedan continuar con tratos sucios a espaldas de toda nuestra sociedad.
En un abuso de poder incontrolable de una clase política indolente y no representativa, de una policía que trabaja codo a codo con los delincuentes y de senadores y congresistas que se dan el lujo de abstenerse en votaciones, cuando se les paga para que representen a sus ciudadanos votando.
El estado le da la espalda a las mujeres y a los niños abusados, dando castigos más severos a alguien que viola la cuarentena, antes que a un violador.
Dos imágenes hablan más que mil palabras.