Cambiando el mundo
Publicado el 24 octubre, 2016 por Roberto Ramírez
Hace mucho que no escribía y estas líneas se las quiero dedicar a la persona que me ha hecho feliz, alguien que golpeó mi puerta, entró y se quedó, convirtiéndose en la dueña de mi corazón.
El destino la puso ante mí y es lo mejor que me ha pasado en la vida, fue una forma muy extraña en la que nos conocimos pero todo se fue dando de manera muy natural.
Nunca había amado tanto a nadie, ella le da sentido a mi vida y los días no los imagino sin ella, me gusta como ríe, como canta, sobre todo como canta, recuerdo que escuchaba siempre un tema que grabó en youtube, y lo pasé a mp3 para escucharlo en el celular, es divertida y por sobre todo, muy inteligente. Adoro su entrega, porque es total y es leal, confío en ella un 100% porque eso me entrega, seguridad, me entrega respeto, la admiro completamente, es mi amiga, es mi compañera, es mi amante.
Sé que suena cursi, pero se apoderó de mi vida, se roba mis miradas, se roba mis palabras antes que las termine, se robó mi corazón, y se que yo el de ella, y lo voy a cuidar, para siempre.
Amor, si lees este mensaje, la verdad, no hay nada que ya no te haya dicho antes, solo quería compartir la inmensa felicidad que me entregas, y que te has vuelto lo mas importante en mi vida, y quiero una vida contigo, siempre estaremos unidos porque el universo está hecho de lo mismo que nosotros, volveremos a ser estrellas que se aman en al eternidad y así como la gravedad, nuestros cuerpos por siempre se atraerán.
Yo no creo en los milagros, pero piensen, tantos años desde que se creó el universo, los procesos que sufrió la tierra, cada simple evento, cada acción y reacción, cada decisión de cada ser vivo, cada uno de los sucesos en la tierra, todos y cada uno de esos eventos me llevó hasta ella, ninguna otra persona, ella, solo ella, en un mundo de infinitas posibilidades de personas para conocer, y se cruzaron nuestros caminos, como si el cosmos conspirara en nuestro favor desde antes de saber quiénes seríamos.
Te amo Noemí, no me faltes nunca.